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martes, 22 de enero de 2008

La cooperativa olivarera recurre a la vigilancia privada para evitar robos.

diariocordoba.com, Lucena - 20/01/2008

Una empresa sevillana será la encargada de complementar la labor de la Guardia Civil.La iniciativa cuenta con la colaboración del Ayuntamiento, que aportará 15.000 euros.

La Cooperativa Olivarera de Lucena ha recurrido este año a la vigilancia privada para el olivar como complemento a las tareas que la Guardia Civil viene realizando en esta misma línea. La iniciativa, que cuenta con la colaboración económica del Ayuntamiento de Lucena, que aportará 15.000 euros, tiene por objeto "actuar de forma disuasoria sobre los grupos que tradicionalmente vienen cometiendo robos en el olivar lucentino", según explicó el presidente de la cooperativa y vicepresidente de Hojiblanca, Francisco Mora.
Así, la cooperativa ha contratado con la empresa sevillana Sevico, especializada en este tipo de labores de vigilancia, la presencia de sus vehículos todoterreno en las fincas de los socios de esta cooperativa lucentina, a la que pertenecen más de 1.000 agricultores de comarca.
Angel Bellido, responsable de Sevico, la empresa encargada de la vigilancia del olivar en las hectáreas de los socios de la cooperativa olivarera de Lucena, indicó que la mayoría de los delitos se producen por la noche y los ladrones pueden suelen recoger miles de kilos de aceituna en una sola jornada.
Bellido explicó que los vigilantes solicitan a quien porta la aceituna la declaración de cultivo, así como los datos de matriculación del vehículo y, si descubren que se trata de un robo, se ponen en contacto con la Guardia Civil para que haga presencia en la zona.
Sevico presta servicio en un nutrido número de municipios de la provincia de Sevilla y por primera vez llega hasta Lucena, donde los guardas realizan las rondas diarias a lo largo del término municipal. La vigilancia la iniciaron el pasado 8 de enero y continuarán hasta que culmine la campaña, en el próximo mes de abril.
Con esta medida se pretende, de una parte, evitar los frecuentes robos que en esta época se suelen producir en el olivar lucentino, amparados en la enorme extensión del término municipal, que cuenta con una de las superficies más grandes de España dedicadas al cultivo del olivar; y de otra, evitar los importantes daños materiales que este tipo de actuaciones producen en los árboles, y que se traducen en pérdidas y mermas de la producción durante las campañas siguientes.